Israel desata “Operación León Ascendente” contra Irán y reconfigura el tablero de Oriente Próximo

Israel desata “Operación León Ascendente” contra Irán y reconfigura el tablero de Oriente Próximo

A las 02.17 hora local (01.17 CET) rugieron los reactores sobre el cielo iraní. Cerca de 200 cazas de la Fuerza Aérea israelí penetraron en tres oleadas casi simultáneas y bombardearon más de un centenar de objetivos estratégicos, entre ellos el complejo de enriquecimiento de Natanz, dos fábricas de misiles, cuarteles de la Guardia Revolucionaria y residencias de altos mandos. El primer ministro Benjamin Netanyahu anunció el inicio de “Operación León Ascendente” y la describió como una acción “preventiva” que durará lo que haga falta para eliminar la amenaza existencial iraní.

Según la televisión pública iraní, al menos 48 personas han muerto —entre ellas los generales Hossein Salami y Mohammad Bagheri y seis destacados científicos nucleares— y hay “decenas de heridos”. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) confirmó “daños significativos” en Natanz, aunque sin fugas radiactivas detectadas.

Menos de dos horas después, Irán lanzó más de 100 drones explosivos contra el norte de Israel en represalia. El portavoz castrense de Tel Aviv declaró que “la mayoría” fueron interceptados, pero admitió “impactos menores” en la región de Galilea. La situación continúa “en desarrollo”; Israel ha cerrado centros escolares, cancelado todos los actos públicos y llamado a 40 000 reservistas.


► Los objetivos militares y científicos

Los bombardeos se centraron en:

LocalizaciónInstalaciónDaño confirmado
Natanz (Isfahán)Planta principal de enriquecimientoDestrucción parcial de estructuras superficiales; túneles subterráneos intactos (OIEA)
TeheránCuartel general de la Guardia RevolucionariaFallecen Salami y Bagheri; incendio extinto a media mañana
QomCentro de investigación de misilesExplosiones secundarias en depósitos de combustible
IsfahánFábrica de Shahed-136Pérdida total; imágenes satelitales muestran cráter de 30 m

(Datos recopilados de la agencia Tasnim y confirmados por imágenes de satélite comerciales.)

Netanyahu aseguró que Israel “neutralizó la mayor parte de la defensa aérea iraní” para futuras incursiones. Irán, por su parte, sostiene que la mayoría de los drones suicidas israelíes fueron derribados y que “solo se dañó infraestructura secundaria”, una versión desmentida por fuentes independientes.


► Motivos internos del ataque: la agenda de Netanyahu

Para la izquierda israelí y buena parte de la comunidad internacional progresista, la elección del momento no es casual. Netanyahu comparece la próxima semana en su juicio por tres causas de corrupción que amenazan su mandato. Su coalición —la más derechista y religiosa de la historia del país— sufre encuestas adversas tras los recortes sociales y la reforma judicial fallida de 2024. Un enemigo externo cohesiona filas y silencia la protesta interna.

Desde el punto de vista estrictamente militar, Israel ha mantenido durante años una guerra encubierta de sabotajes y asesinatos selectivos contra el programa nuclear iraní. La diferencia ahora es la escala y, sobre todo, la asunción pública y total de autoría, algo inédito desde el bombardeo a Osirak (Irak) en 1981.


► Irán: entre la indignación y la cautela estratégica

El líder supremo Alí Jameneí prometió “un castigo amargo y doloroso” , pero el presidente Masoud Pezeshkian ha optado por declaraciones de firmeza sin comprometerse a un contraataque masivo inmediato. Las razones:

  1. Limitaciones militares relativas. Tantear primero la capacidad de defensa israelí evita una escalada instantánea que podría devastar infraestructuras clave.
  2. Aislamiento diplomático. Con negociaciones nucleares indirectas en marcha —mediadas por Omán—, un salto brusco podría perder a los escasos aliados europeos que aún defienden el retorno al acuerdo JCPOA.
  3. Economía exhausta. La inflación supera el 45 % y las sanciones limitan ingresos; una guerra abierta agravaría la crisis.

► Reacciones internacionales

  • EE. UU. — El secretario de Estado Marco Rubio negó toda participación: “No estuvimos involucrados; nuestra prioridad es proteger a nuestras tropas”. Donald Trump celebró los bombardeos y recordó a Irán su ultimátum incumplido para “hacer un trato” .
  • ONU. António Guterres condenó “cualquier golpe a instalaciones nucleares” y pidió “contención máxima” .
  • Rusia y China. Hablan de “violación flagrante del derecho internacional” y reclaman un alto el fuego inmediato, mientras refuerzan su presencia naval en el Golfo.
  • UE. Josep Borrell convocó un Consejo extraordinario de Exteriores para activar “todas las vías diplomáticas disponibles”.
  • Hezbolá. El grupo libanés califica el ataque de “agresión criminal” pero, según Reuters, no iniciará por ahora hostilidades propias para evitar arrastrar al Líbano .

► Impacto económico global

Los mercados reaccionaron con la mayor sacudida desde la invasión rusa de Ucrania en 2022:

  • Brent: +6,6 %, hasta 73,9 $/barril, con picos intradía de 78,5 $.
  • Wall Street: S&P 500 −0,9 %; Dow Jones −601 puntos.
  • Oro: +3 %, refugio tradicional en crisis.
  • Aerolíneas y turismo se hunden; defensa y energía repuntan.
  • La simple amenaza de cierre del estrecho de Ormuz (por donde pasa un 20 % del crudo mundial) basta para incorporar una “prima de guerra” a todo el combustible que llegará este verano a Europa, con probable subida en factura de luz y transporte.

Para una ciudadanía europea ya golpeada por la inflación, la ofensiva israelí agrava el coste de la vida y alimenta el argumento de la izquierda de que la securitización global termina pagando la clase trabajadora.


► ¿Hasta dónde puede escalar?

  1. Ventana de 72 horas. Si Teherán limita la respuesta a drones y misiles de corto alcance, Israel podría declarar el “objetivo cumplido” y frenar el ciclo.
  2. Proxy wars: Hezbolá, milicias huthíes en el mar Rojo o grupos chiíes en Siria e Irak podrían abrir frentes simultáneos.
  3. Ataques a buques y oleoductos. Sería el escenario más temido por los mercados: dispararía el crudo por encima de 100 $.
  4. Uso deliberado de instalaciones nucleares como escudos. Un riesgo real si el gobierno iraní calcula que la comunidad internacional frenará a Israel para evitar un desastre radiactivo.

Centros de análisis como CSIS y Atlantic Council prevén “escaladas controladas”, pero advierten de la posibilidad de error de cálculo en un entorno saturado de drones, misiles balísticos y sistemas antiaéreos automatizados.


► La lectura desde la izquierda

Para organizaciones de derechos humanos y voces progresistas estadounidenses y europeas, la operación es “una agresión unilateral de un régimen derechista que instrumentaliza el miedo para perpetuarse” . Citan cuatro puntos:

  • Ilegalidad internacional: La “autodefensa preventiva” carece de base jurídica, como sentenció el Tribunal de Nuremberg tras 1945.
  • Riesgo humanitario: Más de 18 millones de iraníes viven a menos de 50 km de instalaciones potencialmente atacables; un error podría liberar radiación.
  • Cortina de humo interna: La guerra externaliza la crisis política y social israelí —protestas masivas contra la reforma judicial y el encarecimiento de la vivienda—.
  • Efecto dominó en la región: La militarización permanente refuerza a ultra-nacionalistas en Arabia Saudí, Turquía o Egipto, frenando agendas feministas y laborales.

La izquierda internacional exige alto el fuego inmediato, supervisión del OIEA y relanzar el acuerdo nuclear bajo un paraguas multilateral que incluya garantías de seguridad y levantamiento paulatino de sanciones a cambio de inspecciones exhaustivas.


► Próximas 24 h

  • Reunión extraordinaria del OIEA en Viena —podría activar su “artículo 17” e inspeccionar los daños in situ.
  • Consejo Europeo de Exteriores valorará sanciones selectivas a responsables de la escalada y envío de misión humanitaria.
  • Debate de urgencia en la Knéset; la oposición israelí plantea una moción para investigar si la ofensiva se decidió sin debate parlamentario.
  • El Congreso de EE. UU. votará la próxima semana una resolución bipartidista que podría condicionar ayuda militar futura a Israel a la “proporcionalidad” de sus acciones.

Conclusión

La operación israelí ha cruzado un umbral: ya no se trata de sabotajes encubiertos sino de una guerra convencional en ciernes entre dos potencias regionales. Para la izquierda, este conflicto demuestra cómo los gobiernos de derecha radical —en Israel, Estados Unidos o Irán— alimentan espirales belicistas que dificultan soluciones diplomáticas y acaban repercutiendo en la población trabajadora de todo el planeta. Urge articular un bloque internacional que frene la escalada, reactive la diplomacia y coloque la defensa de los derechos humanos y la justicia social por encima de la lógica de la fuerza.

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