- Debate parlamentario inminente: Yolanda Díaz confirma que la primera votación sobre la jornada de 37,5 h llegará antes de agosto, en un pleno extraordinario que el Gobierno ya baraja.
- 12,5 millones de beneficiarios directos —más de la mitad en comercio, industria y hostelería— sin merma
- Productividad versus salarios: desde 1983 la productividad por hora subió un 53 %, pero los sueldos sólo un 22 %. La reforma busca equilibrar la balanza.
Qué ha pasado (y por qué justo ahora)
El proyecto de ley para reducir la jornada máxima de 40 a 37,5 horas semanales llevaba semanas atrapado en sucesivas prórrogas de enmiendas. Ayer, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo aseguró en rueda de prensa que el Gobierno forzará su primer examen parlamentario antes del verano, previsiblemente en un pleno extraordinario de julio. Díaz ha intensificado las rondas con todos los grupos para garantizar la mayoría, apuntando incluso a concesiones fiscales para pymes. :contentReference[oaicite:3]{index=3}
La reforma, en cifras
| Indicador | Situación actual | Con la ley aprobada |
|---|---|---|
| Duración legal semanal | 40 h (vigente desde 1983) | 37,5 h (enero 2026) |
| Trabajadores afectados | — | 12,5 M (60 % hombres, 40 % mujeres) |
| Productividad/hora (1983-2024) | +53 % | — (se espera +3 % extra, según Trabajo) |
| Salario medio real | +22 % (1983-2024) | Objetivo: converger con productividad |
| Derecho a desconexión digital | Disperso en convenios | Obligatorio por ley |
¿Por qué la medida es progresista?
Conciliación y salud. Menos horas legales suponen más tiempo para cuidados y vida personal, un eje clave para la igualdad de género recogido en la exposición de motivos del proyecto. :contentReference[oaicite:4]{index=4}
Equidad salarial. El Ejecutivo recalca el desfase entre productividad y sueldos: al acortar la jornada sin bajada salarial, de facto se revaloriza la hora trabajada y se redistribuye el crecimiento económico hacia los asalariados. :contentReference[oaicite:5]{index=5}
Talento y digitalización. El derecho a la desconexión, más control de registro horario y el impulso al trabajo telemático crean un entorno competitivo alineado con la estrategia de España Hub Audiovisual e IA que defiende el Gobierno. :contentReference[oaicite:6]{index=6}
Resistencias y apoyos
Patronales como CEOE y Cepyme siguen rechazando la reforma por “impacto en costes”. Sin embargo, una encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió revela que el 72 % de los votantes de Junts —cuyo grupo parlamentario amenaza con enmienda a la totalidad— la respalda, alejando el fantasma de un bloqueo social. :contentReference[oaicite:7]{index=7}
Entre los sindicatos, CCOO y UGT celebran el avance y piden un calendario de implantación que cierre 2025 con la nueva jornada plenamente aplicada.
Lo que viene
- Calendario legislativo: debate de totalidad (julio), ponencia y comisión (septiembre-octubre), aprobación definitiva en pleno (noviembre-diciembre).
- Entrada en vigor: 1 de enero de 2026 con adaptación progresiva de convenios.
- Ayudas a pymes: bonificaciones y fondos Next Generation para digitalizar registro horario y reorganizar turnos, según enmiendas que el Gobierno prepara. :contentReference[oaicite:8]{index=8}
Bottom line: La reducción de jornada es una apuesta por repartir mejor el tiempo y la riqueza. Si se aprueba, España volverá a situarse en la vanguardia laboral europea, ratificando la agenda progresista que conecta con la mayoría social de la izquierda.
